Peregrinatio 2008. Arte a las Ermitas. “Tierra Madre”.
Intervención ermita San Cristobal.

Proyecto artístico del Consorcio de Museos, de la Fundación  C.V de las Artes Escénicas y del  Ayuntamiento de  Sagunto, y que de la mano de Tomás Ruiz (Coordinador) y Fernando Castro (Comisario) se ha consolidado en una de las iniciativas más originales en el ámbito de las Artes Plásticas, convirtiendo  las ermitas históricas de Sagunto, en espacios culturales donde albergar instalaciones vanguardistas.
Bajo el título de “Tierra Madre”, la muestra ofrece este año, la visión personal e íntima de  ocho mujeres : Carmen Calvo, Soledad Sevilla, Maribel Doménech, Lorena Amorós, Maite Centol, Mar García Ranedo, Natuka Honrubia y Amparo Almela.

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La ermita de San Cristóbal emerge del paisaje con fuerza sobre la “muntanyeta”, situada a un kilómetro de la población de Sagunto; población que se dibuja desde allí rodeando el perímetro de la antigua fortificación.   Hoy, la ermita  continúa siendo  un espacio de acogida, reunión y fiesta con su actual romería, además de un lugar propicio para la oración y el recogimiento. Un espacio abierto, de fuerte belleza paisajística, un punto desde donde es posible divisar las costas bañadas por el Mediterraneo, y las cadenas montañosas que se abren en dirección a Teruel, un observatorio que nos recuerda que antaño fuera posiblemente torre vigía desde la que controlar la llegada de piratas.
Se trata de una Ermita de considerable tamaño, que entra por primera vez en el circuito de “ Peregrinatio”, algo alejada del resto de ermitas del casco antiguo, por lo que la intervención artística la he decidido situar en su fachada sur, y más concretamente en la antigua torre, ahora sencillo campanario, que se alza hasta alcanzar mas de ocho metros. Es un lugar  que puede ser contemplado no sólo al caminar por  la  zigzagueante subida franqueada de pinos y chumberas, sino también desde la población y alrededores del Camp de Montvedre.

DESCRIPCION
“Un río de suplicas”  es, sin duda, un título suficientemente explícito.
La obra representa un río que, desde la base del campanario discurre serpenteante por su fachada, hasta alcanzar el cielo, con el que se funde evocando el viaje de la vida, desde la tierra al cielo.
El río está constituido por papeles como elemento constructivo, “hojas” arrugadas como elementos  simples que, repetidos y en combinación conforman el trayecto de formas curvas y predominio vertical , integrándose en la desnudez de su arquitectura. Estos “papeles” gastados, poseen gran carga simbólica. Han sido utilizados, escritos, representan historias vividas, se han vertido sueños humanos , se han expresado esperanzas y súplicas. Existe un paralelismo  entre el agua que fluye por el río y lo dota de vida, y los papeles, expresión de sentimientos individuales.
MATERIALES
La obra esta realizada íntegramente en cerámica. La utilización de este material  imprime carácter al paisaje y mantiene sus cualidades físicas al exterior.

El proceso de realización de los papeles arrugados de gres, es manual y de una gran ligereza. Utilizo el sistema de planchas, trabajándolos de  un modo intuitivo y gestual, aprovechando la humedad y plasticidad de la arcilla para conseguir dobleces, contornos y formas mas expresivas, mediante una manipulación  espontánea y directa.
El color azul añil del vidriado en las súplicas y sus distintas formas y tamaños,  dotan la obra de un juego  evocador, adquiriendo un volumen y cromatismo que , al ser observados desde distintos puntos de vista provocan una riqueza de brillos y matices. La luz se refleja en cada papel de modo distinto, permitiendo contemplar en su color unas aguas de diversas texturas muy sugestivas . La perspectiva y lejanía incrementan la percepción visual del recorrido y profundidad del espacio representado.
La multiplicación de un objeto de la vida cotidiana como un papel, lleva al espectador  a reflexionar sobre el objeto en sí y a hilar entorno a él varias historias a menudo relacionadas con la memoria y el recuerdo
El color azul utilizado tiene una referencia e influencia en la arquitectura valenciana que desde el siglo XVI se ha visto enriquecida por la existencia de cúpulas de una gran singularidad y particular belleza configurando el paisaje de nuestro territorio y dando testimonio tanto, de espiritualidad como de un gran esfuerzo colectivo .
Esta arquitectura religiosa que,  empleó el revestimiento cerámico para la realización de cúpulas, torres y campanarios, ha recorrido de oriente a occidente, desde el conjunto de Samarcanda, a la mezquita azul o las cúpulas napolitanas, con un  despliegue de formas y color  de una  inmejorable calidad estética.
Al observar el río en su camino ascendente, como las cúpulas alojadas  a gran altura, posee el alcance simbólico de elevación sobrenatural y aproximación a lo trascendental.
A veces, el miedo a lo desconocido se traduce en un afán por creer en algo y, la arquitectura religiosa concibió el espacio protector y de recogimiento para el hombre,  además de morada divina,  y ello induce a  una comunicación entre lo divino y lo humano,  entre el cielo y la tierra.

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Enlace a catálogo.
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FILOSOFIA
Sobre  la figura de San  Cristóbal, me he centrado en como su “búsqueda “ le conduce a un  río, donde aprovechando su corpulencia, ayudará a las personas a cruzarlo y donde por fin se realiza el encuentro con Jesucristo.
El río constituye un elemento de gran potencial evocador. Lo asociamos con el nacimiento y florecimiento de grandes culturas; él marca con sus crecidas las vidas de los hombres que moran en sus orillas. El agua es vida, pero a su vez artífice de grandes catástrofes.
El río a menudo representa el limite entre el mundo de los vivos y el de los muertos. En la cultura greco_romana, Caronte era el barquero encargado de cruzar las almas desde una orilla a otra del río, al mundo de hades tras el pago de un óbolo . En la cultura egipcia  se construían barcas funerarias para la última travesía.
Nuestro camino sin duda, guarda muchas similitudes a las del río . Y  es por esto por lo que “Río de súplicas “hace referencia al tránsito por la vida,  al viaje.
El rió simboliza nuestra vida, nuestra existencia; cuando fluye apacible y tranquilo es símbolo de bienestar y riqueza, si se desborda, es un mal presagio. Pero el fluir de las aguas también representa nuestro deseo de perpetuarnos en el tiempo y prolongar nuestra vida a través de los hijos o nuestras obras, olvidando que la vida es un transito, un camino a otro lado. Según los místicos, es el camino que lleva a la muerte  y conduce a Dios. A la vez este río, posee una corriente que genera “energía “  que son los sentimientos fluyendo en nuestro interior, es como… la imagen de un sueño en la que un río  desemboca en el mar integrándose a él, fundiéndose con él.
Un río sin fin que fluye como la vida misma, que purifica, nos  enseña y… se fusiona con el cielo resolviendo preguntas existenciales entorno a la vida y la muerte.
“Mirar al río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río” . como expresó Jose Luis Borges:
RELACIÓN CON MI OBRA.
Conecto con mi trabajo actual y mas reciente de un modo intuitivo. Mi relación con el barro es libre, dentro de toda su disciplina, y procuro adaptarlo a mis pensamientos, recuerdos y lecturas almacenadas en el subconsciente. Ideas que fluyen,  sin saber si es  el subconsciente el que se expresa, o es la propia idea consciente  la evocación.
Respeto los materiales y los procedimientos como una conexión entre nosotros y el cosmos.
El trabajo es bastante intimista. La porcelana por ejemplo y su blancura , su sensualidad, se adecua a mis necesidades es un material que lo siento intimo, que no permite crear grandes formatos con lo cual queda dentro de los limites del contacto personal. Además, la obra es una profunda reflexión sobre el ser humano, lo efímero de la vida, el transito, al igual que esta exposición hace referencia a la peregrinación o viaje, en un afan infatigable de dar sentido a nuestras vidas.
Mis últimas obras, “Fuga de Ideas” e “Ideas desechadas”, exploran  esta inquietud y la abordan en sendas instalaciones en las que el nexo de unión son papeles de porcelana arrugados que, dotados de vida, escapan y recorren un espacio. El juego que provocan moverlos y componerlos me proporciona  otras posibilidades de investigación.
Así, como un cauce guía al río, el río,  sirve  de cauce a las emociones, pasiones y a la creación . Nuevamente los papeles son expresiones de nuestro mundo interior, con forma de río, que en esta ocasión terminará en el cielo.
Me interesa la casualidad y el riesgo, también el espacio, como en “río de suplicas” son piezas generalmente directas, que siguen el gesto del material aplicado y en definitiva, su propio camino.


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